En una sociedad actual en la que la sostenibilidad ambiental es la base de muchas políticas, la generación de electricidad con energías limpias como la solar es una de las opciones disponibles para conseguir mejorar el medio ambiente. Y más allá de que lo hagan particulares de manera individual, el autoconsumo compartido en España se vislumbra como una forma colaborativa de generar energía limpia con progresión de futuro.
El autoconsumo comunitaria es el proceso de generar energía limpia por medio de instalaciones fotovoltaicas por parte de un grupo de consumidores. De manera que cada uno de ellos, con su punto de suministro eléctrico identificado con un CUPS (Código Universal de Punto de Suministro) único, se conectan a la misma instalación para reducir sus costes económicos en las factura de la luz.
Así, con una distancia entre CUPs máxima de dos kilómetros como se recoge en el Real Decreto 20/2022, de 27 de diciembre, los consumidores pueden unirse en esta manera de generar electricidad con una energía limpia y renovable como la solar fotovoltaica.
Pero, ¿cómo funciona el autoconsumo compartido en España? ¿Cuáles son las características de este modelo energético y qué ventajas tiene para el cambio hacia un modelo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente? En POWEN queremos detallarlo y lo hacemos a continuación.
¿Cómo funciona el autoconsumo compartido en España?
El autoconsumo colectivo es posible gracias a la aprobación del Real Decreto-Ley 15/2018, del 5 de octubre, mediante el cual, entre otras aprobaciones legislativas, se daba autorización al autoconsumo colectivo. Es decir, que ya no sólo era posible instalar placas solares en viviendas unifamiliares, sino también en todo un edificio de viviendas o de empresas, por ejemplo.
A partir de entonces, la energía solar fotovoltaica ha ido ganando peso en los últimos años, hasta ser la fuente de hasta el 18,1% del consumo de electricidad en nuestro país en el mes de mayo de 2023 (producción de 3.883 GWh), según los datos publicados por Red Eléctrica Española (REE). Este dato supone que es la segunda energía renovable más usada como fuente de generación de electricidad en España, sólo por detrás de la eólica (25,4%).
En este contexto, el autoconsumo solar compartido es parte del auge de esta energía renovable y funciona, de manera resumida, de la siguiente forma:
- La instalación de placas solares permite convertir los rayos del sol en energía eléctrica, que es un tipo de energía limpia y renovable, en comparación con otros métodos contaminantes. Dicha energía es la que entra en las viviendas o empresas que hacen uso del autoconsumo colectivo desde la instalación principal por medio de la red de distribución, sin obras en los edificios.
- La electricidad generada de manera sostenible se reparte entre los diferentes usuarios conectados a una misma instalación solar fotovoltaica. Y dependiendo de las necesidades de cada uno, en función de su consumo eléctrico, se consume en mayor o menor medida, principalmente una vez que entra en la red eléctrica.
- En el caso de instalar también baterías para paneles solares, la electricidad no consumida se puede almacenar para un uso posterior. Por ejemplo, en momentos en los que hay cortes de luz o fallos en el suministro eléctrico habitual.
El autoconsumo colectivo para generar energía limpia en comunidades
Desde el momento en el que se elige el autoconsumo compartido en España, se está fomentado una forma colaborativa de generar energía limpia. Por tanto, la sostenibilidad ambiental y la lucha contra el calentamiento global pasa de acciones individuales si se tienen instalaciones fotovoltaicas en viviendas unifamiliares, a un esfuerzo comunitario.
¿Qué ventajas tiene este autoconsumo compartido en comunidades energéticas? Podemos hablar de los siguientes puntos, que abarcan aspectos administrativos, económicos -desde ayudas económicas hasta un ahorro en las facturas de hasta el 40% desde el primer día- y ambientales. Aun así, nos centramos en los beneficios ambientales en pro de la sostenibilidad ambiental en el avance a modelos energéticos sostenibles.
Su importancia se completa con el siguiente dato: la vida útil de las placas solares, dependiendo de su tipo y de la calidad y mantenimiento de los componentes, es de unos 25 a 30 años. Hablamos, de esta manera, del medio-largo plazo y no de estrategias cortoplacistas.
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Se reduce la contaminación atmosférica
Lo primero de todo es decir que el uso de la energía solar por medio del autoconsumo compartido reduce la contaminación atmosférica en mayor medida. La razón es que no se contamina la atmósfera por el uso de la electricidad generada en las placas solares por medio de sus elementos.
Si instalar placas solares fotovoltaicas es un proceso limpio cuando solo una vivienda o empresa lo hace, al extenderse a un nivel comunitario o colectivo, las ventajas ambientales se multiplica.
Disminuye la huella de carbono
En segundo lugar, la energía solar no tiene impacto en el medio ambiente, es decir, reduce la huella de carbono de la actividad diaria de los edificios y empresas. El uso colectivo de este tipo de energía renovable amplía las opciones de esta reducción e impacto ambiental. Esto sucede por dos motivos:
- El primero es que la huella de carbono en el proceso de fabricación de los paneles solares es más baja que cuando se usan combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo o el gas) para producir energía eléctrica.
- El segundo es que en el proceso de generación de electricidad, los paneles solares no generan emisiones de gases contaminantes (dióxido de carbono, metano ni otros). Ese se el motivo por el que las instalaciones fotovoltaicas se consideran elementos tan importantes en la transición energética a modelos más sostenibles en la carrera contra el calentamiento global.
Ayudas al autoconsumo y trámites burocráticos más sencillos
Como se ha visto, los beneficios ambientales son una buena razón para apostar por el autoconsumo compartido en España, máxime cuando con el Real Decreto 20/2022, de 27 de diciembre se facilitan también los trámites burocráticos para el uso comunitario de la energía solar fotovoltaica.
A lo que hay que sumar las diferentes ayudas y subvenciones al autoconsumo, como deducciones en impuestos como el IRPF a nivel regional, en impuestos como el IBI y el ICIO a nivel municipal y ayudas europeas como los Fondos Next Generation (que se pueden solicitar hasta el 31 de diciembre de 2023).
Todo ello son alicientes para que se pueda expandir el autoconsumo compartido en España y que, cada vez más, la generación de energía limpia y sostenible sea más habitual en un país con tantas maneras de aprovechar energías renovables como la solar, la eólica o la hidráulica.