Nunca es tarde para acercarnos a una definición de lo que es la energía solar y repasar la importancia de su desarrollo y porqué en POWEN estamos empeñados en decorar todas las azoteas de las grandes urbes españolas y contribuir a una sociedad más limpia y sostenible. Está claro que por energía solar se entiende aquella que es generada por el sol, ya sea por su luz como por su calor, pero…
¿Sabías que existen distintos tipos de energía solar en función de su origen y de su procesamiento? Si quieres saber más sobre la energía solar te invitamos a seguir leyendo este artículo para descubrir cosas nuevas.
Los dos grandes rasgos de la energía solar: renovable y limpia
Decir que la energía solar es renovable incide en el hecho de que es inagotable. Al menos en los próximos 7.000 millones de años, que es la vida estimada que le queda al sol, seguiremos disfrutando de su luz y su calor. La idea de la energía solar como energía verde o limpia viene a resaltar el hecho de que para su producción no se necesita quemar ningún tipo de combustible fósil, con lo que no se vierten gases de efecto invernadero a la atmósfera.
La RAE nos dice que sostenible es aquello que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar recursos o causar un grave daño al medioambiente. Una definición que se adapta perfectamente a lo que entendemos como energía solar.
Diferencias entre la energía solar fotovoltaica y la energía solar térmica
Del sol gracias a la tecnología podemos obtener la energía de dos formas diferentes. Cuando la energía solar se produce como consecuencia de la luz (o radiación) que emite el sol, estamos ante la energía solar fotovoltaica. Su captura es mediante paneles y se puede almacenar en baterías. Esta energía se usa para el autoconsumo de electricidad en viviendas e industrias ya que es la que se emplea para los aparatos eléctricos o motores.
La luz que nos brinda el sol es recogida por paneles solares fotovoltaicos que están formados por células o celdas solares. Estas transforman la luz (fotones) en energía eléctrica (electrones) gracias al llamado efecto fotoeléctrico, por el que determinados materiales absorben fotones (partículas lumínicas) y liberan electrones, generando así una corriente eléctrica.
Por su parte la energía solar térmica aprovecha el calor que proviene del sol para calentar fluidos y mantenerlos calientes en depósitos de agua. El calor se captura igualmente a través de unos paneles. El uso de la energía solar térmica es básicamente para calentar el agua sin necesidad de utilizar termos y también sirve para climatizar viviendas y locales. Evidentemente este sistema de calefacción es mucho más sostenible que las calefacciones de carbón o de gas propano.
En este caso el calor se capta mediante paneles o espejos que absorben los rayos del sol mediante un receptor que alcanza temperaturas de hasta 1.000 ºC y calienta un fluido. Este fluido es utilizado bien para circuitos de calefacción y de agua caliente o bien para producir vapor. El vapor mueve una turbina que producirá electricidad, aunque no es de manera directa como hacen las placas fotovoltaicas.
En cualquier caso, ambas tecnologías consiguen un ahorro muy significativo en las facturas de la luz, ya que, si de un lado conseguimos electricidad directamente, del otro estaremos reduciendo el consumo eléctrico de termos y calentadores, aparatos destinados a calentar el agua en los hogares y que son precisamente de los que más kW consumen.
Energía solar pasiva
Existe una tercera tipología de energía solar que sería la pasiva. Esta energía es la que no utiliza ningún mecanismo que la recoja y la trate, sino que se consigue gracias a la arquitectura bioclimática. Las casas o edificios bioclimáticos y las PassivHaus que no precisan de aporte activo de energía se basan en la capacidad de los arquitectos e ingenieros de utilizar diferentes materiales y orientaciones que capten la energía solar durante el día para mantener cálida la construcción durante la noche, consiguiendo una climatización perfecta en cada momento.
Beneficios de la energía solar
Aunque existen otros tipos de energías renovables como la eólica, hidráulica o geotérmica, la energía solar es una de las más sencillas de producir. Los beneficios de la energía solar son múltiples. A continuación, veremos algunos de los más importantes:
- Su precio: Es una de las energías más económicas de producir ya que el precio de las placas y los paneles solares se ha reducido notablemente en los últimos años gracias a la alta demanda.
- Independencia energética: Favorece una mayor independencia energética no solo de los hogares o viviendas españolas, sin o que es una herramienta fundamental para muchos países subdesarrollados.
- Es ecológica: Ayuda a no fomentar el calentamiento global, ya que es una energía que no emite gases de efecto invernadero, luchando de esta forma contra el cambio climático.
- Renovable e inagotable: La energía del sol no es finita a corto plazo y está disponible en todo el mundo, durante al menos, unos 7.000 millones de años más.
- No contamina: Su transformación en energía térmica o fotovoltaica no produce sustancias tóxicas ni contaminantes que perjudiquen al medio ambiente, ni para el aire ni para el agua. Es completamente limpia.
- Genera riqueza local: Ya que al estar disponible en cualquier parte del planeta evita que se tenga que importar la energía, apoyando al empleo y crecimiento económico de la zona.
- Reutilizable: La energía excedentaria generada por estas instalaciones se puede verter de vuelta a la red y ser utilizada en otro lugar o por otros usuarios.
- Adaptable: Desde instalaciones de uso doméstico en pisos o chalets, instalaciones colectivas en comunidades o polígonos industriales, a grandes plantas solares.
Ahora que conocemos un poco mejor la tipología, el funcionamiento y los beneficios de la energía solar es un buen momento para dar el paso y apostar de manera definitiva por esta modalidad. Déjate asesorar por los especialistas de POWEN y te informaremos de todas las posibilidades que la energía solar te ofrece.