La transición energética con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es hoy más necesaria que nunca. Y en las estrategias para impedir el calentamiento global, las energías renovables juegan un papel fundamental. De ahí que hablemos, en concreto, de cómo afecta el autoconsumo colectivo a la transición energética.
Empezamos por la definición de este concepto: el autoconsumo compartido se produce cuando varios usuarios comparten una instalación fotovoltaica para la producción de electricidad proveniente de la luz del sol. De manera que por medio de placas solares, se genera electricidad para su consumo colectivo entre varios usuarios a una distancia máxima entre CUPS de hasta 2.000 metros, según recoge el Real Decreto-ley 20/2022, de 27 de diciembre.
Si ya en el autoconsumo individual esta práctica lleva aparejada una serie de beneficios económicos y ambientales, estos aumentan con el uso compartido. Una práctica para la que hay una serie de facilidades burocráticas que suponen un empujón para su mayor difusión, con ventajas económicas -incluyendo bonificaciones fiscales y ayudas-, energéticos y ambientales para los usuarios que comparten una instalación fotovoltaica.
Por eso, en POWEN, como expertos en energía solar fotovoltaica y en las diferentes modalidades de autoconsumo colectivo que existen, vamos a describir cómo afecta el autoconsumo colectivo a la transición energética.
Beneficios del autoconsumo colectivo en la transición energética
Vamos a ver en los siguientes cuatro apartados cómo afecta el autoconsumo colectivo a la transición energética y la descarbonización de la sociedad. Aunque por la forma de expresarlo pueda parecer que sus efectos son negativos, en realidad son todo lo contrario.
La razón principal es que las energías renovables forman parte fundamental de la transición energética. Su uso, cada vez mayor, es beneficioso para la sociedad si su incremento supone una reducción de las energías fósiles, no renovables y contaminantes como el carbón y el petróleo.
Igualmente, hay que mencionar que con el paso de los años, la energía solar fotovoltaica es cada vez más barata de producir, sus costes de producción van en descenso, favoreciendo así su expansión.
Reducción de gases de efecto invernadero
Para empezar, la energía solar fotovoltaica y el autoconsumo colectivo suponen que se reduce la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Por lo tanto, no emite gases como el dióxido de carbono (CO2), por lo que evita el calentamiento global y el cambio climático.
Como consecuencia de ello, la energía solar fotovoltaica genera electricidad de manera limpia y no contaminante. En el caso del uso compartido, supone que hay más de una instalación unida y generando electricidad gracias al uso de placas solares, por lo que a más usuarios, menos opciones hay de otros tipos de generación de electricidad que sí contamina.
Se reduce la huella de carbono
El segundo punto es la reducción de la huella de carbono gracias al uso de tecnologías cada vez más eficientes para la fabricación e instalación de placas solares. Pero, ¿qué es la huella de carbono?
Se trata de un indicador ambiental que se define como los gases de efecto invernadero (GEI) emitidos a la atmósfera como efecto directo o indirecto de las personas, organizaciones o empresas.
Por este motivo, la expansión del autoconsumo colectivo de la energía solar fotovoltaica reduce esta huella al generarse energía limpia; y con las tecnologías más eficientes, también se genera menos en todo el proceso de fabricación de los paneles. A lo que hay que sumar las altas cifras de tasas de reciclaje de las placas fotovoltaicas.
De ahí que el autoconsumo compartido en comunidades de la energía solar fotovoltaica sea necesaria para conseguir el objetivo de la Unión Europea de conseguir una sociedad neutra en carbono en 2050.
Generación de hidrógeno verde
La transición energética también se relaciona con el autoconsumo colectivo y la generación de hidrógeno verde. Este tipo de hidrógeno se produce con un proceso de electrólisis -descomposición mediante electrodos de la molécula del agua en oxígeno e hidrógeno- por medio de energías renovables como la solar.
Este hidrógeno verde, cuyo proceso de generación no emite gases de efecto invernadero ni CO2 a la atmósfera, tiene diversos usos, como en electricidad y calefacción en los hogares, combustible limpio para transportes o también en la metalurgia para la obtención de acero.
Por lo tanto, los beneficios del autoconsumo compartido, dentro de la mayor producción de electricidad por medio de la energía solar, también supone una nueva forma limpia de generar electricidad que se puede usar en las casas. Así como cambiar los combustibles fósiles por uno limpio, como el hidrógeno verde, para los transportes.
Uso de energía solar para carga de coches eléctricos
En este artículo estamos tratando de las ventajas y beneficios medioambientales de las llamadas comunidades energéticas. Por eso, el cuarto punto que explicamos es la unión entre la generación de energía solar en el autoconsumo colectivo y la carga de coches eléctricos, que también forman parte de la necesaria transición verde.
Los vehículos eléctricos híbridos o enchufables son otra de las patas de la transición energética y la expansión del autoconsumo colectivo sirve para que haya más usuarios de coches eléctricos.
De manera que se puede aprovechar la electricidad generada con las placas solares en las comunidades para recargar los coches eléctricos de los propietarios, ya que los puntos de recarga privados complementan la red de puntos públicos. Y así se reduce la emisión de gases contaminantes a la atmósfera provocada por los vehículos con motor de combustión.
En definitiva, los consumidores de la energía solar fotovoltaica son un pilar importante en la transición energética a una economía verde menos dependiendo de los hidrocarburos. Junto con la industria, el futuro de la sostenibilidad ambiental depende de las grandes ciudades y sus habitantes, de cómo producen y consumen la energía reduciendo al máximo la huella de carbono y las emisiones de gases contaminante a la atmósfera.
De ahí que hayamos hecho un repaso por cuatro de las formas en que el autoconsumo colectivo afecta a la transición energética en el planeta, con sus beneficios ambientales. Que van de la mano de los económicos para los propios usuarios conectados a las instalaciones fotovoltaicas.
